- Favorece la consolidación de élites y burocracias políticas y económicas.Erosiona la credibilidad y legitimidad de los gobiernos.Reproduce una concepción patrimonialista del poder.Reduce los ingresos fiscales e impide que los escasos recursos públicos coadyuven al desarrollo y bienestar social.Permite la aprobación y operación de leyes, programas y políticas, sin sustento o legitimidad popular.Revitaliza una cultura de la corrupción y contribuye a su proliferación.
miércoles, 17 de junio de 2009
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